
Es el día “D”, la consulta con el medico especialista, el resolverá si mi padre se operara o no. Tomamos un mapa y salimos temprano en dirección al consultorio del doctor Recarte. Hace un calor intenso en Madrid, llegamos sin problema al consultorio medico, con una hora de anticipación, esperamos, tocamos el timbre a la hora indicada las 5pm, nos abre la puerta la secretaria del doctor, una señora española, muy gordita y a la vez muy sensual, con un perfume que la hace aun mas coqueta.
Esperamos al doctor pacientemente, trato de tranquilizar a mi padre, diciéndole que todo saldrá bien. Mi padre dice: “A lo que venga hijo, lo que Dios diga. Que vamos hacer tantas horas de vuelo cruzando el Atlantico, no hay que echarle para atrás” Se da valor mi padre.
Tranquilo Tin!!!, le digo a mi padre, dándole unas palmadas en el hombro, que todo va ir bien, ya veras…
Y que es de Sonia, hijo, tu novia? Como has quedado con ella?.
En nada, ella me ha pedido que me quede un ano mas en Praga con ella, que me dedique exclusivamente a ella y después vendrá conmigo al Perú. Ese ha sido su ultimatum. Yo he respetado su propuesta pero no válida para mí. La mujer que me quiera seguir las puertas están abiertas pero sin condiciones!.
Así que ella esta allá en Praga, tiene su trabajo estable, esta bien que se quede porque a mi no me gustan las mujeres que dudan, que mueven mucho sus cartas. A mi me gustan las mujeres que son decididas, que tomen decisiones.
Continuo diciéndole a mi padre: Acaso mi Lita (mí madre) cuando se decidió estar contigo te puso pero condiciones a pesar que ustedes han tenido condiciones aun mas difíciles que ahora, los dos eran aun universitarios. A ustedes los unió el amor, y lucharon contra viento y marea, empezaron desde abajo, y el amor y la confianza ambos les hizo crecer ahora tienen una gran familia, 5 hijos y 9 nietos.
Además es lo mejor para Sonia, que se haya quedado en su país es la mejor opción que ella haya optado, ya encontrara al hombre ideal para ella que le aguante y acepte sus condiciones después de todo es una mujer hábil e inteligente. Sufrirá un tiempito nomás, de allí le pasara, y a mi también.
A los 10 minutos de esperar, se acerca el doctor Recarte, ya nos conocíamos por teléfono, el muy cordial se vuelve a presentar y nos hace pasar a su consultorio. Después de tener una breve conversación amical sobre el Perú nos pregunta sobre el estado de salud, mi padre le hace un detalle minucioso sobre el inicio y avance del Parkinson, las diferentes terapias que ha recibido, le muestra los análisis y diferentes tipos de terapias que llevo con los médicos cubanos, que dieron con la dosis de medicación que estabilizo los temblores de la enfermedad. El doctor inmediatamente saca fotocopia a todo respecto a los cubanos, esta muy interesado de la manera como ellos trabajan. Después del relato clínico, pasamos a otro consultorio, donde el medico tiene todos sus aparatos, doppler ecográfico, etc. Mi padre se queda sorprendido del chequeo general que realiza el medico sin necesidad de que nos manden de aquí para allá, a otro lugar, a otro edificio como talvez ocurre en la mayoría de los consultorios peruanos, donde el paciente muchas veces sale mas enfermo de cómo llego por los lugares que tiene que recorrer.
El doctor va explicando detalladamente punto por punto, todo lo que va encontrando en los resultados de la ecografía. Hasta ese momento todo esta bien, el ultimo examen es una simple medición de la presión arterial. Mi padre le comenta al doctor, que tiene una presión arterial normal y que nunca la ha tenido alta. El doctor, mide dos hasta tres veces y esta sorprendido, nos comunica que esta bastante alta, que será mejor tomar precauciones inmediatas después de recibir el análisis de sangre. Estamos preocupados, sobretodo yo porque mi padre nunca ha tenido problemas de presión. Mi padre me dice que seguro es por la preocupación de no saber si será o no operado, algo que es lógico de preocupación. Mi padre, valiente, espera a la decisión del medico. Después del examen exhaustivo que duro aproximadamente una hora y media, el nos comunica con satisfacción que la terapia que hasta ahora mi padre viene recibiendo por parte de los médicos cubanos esta teniendo buenos resultados porque ha estabilizado los temblores del Parkinson y que no ve necesario una operación, solo controlar regularmente la función del hígado, los riñones y el corazón, por la presión alta encontrada. Esto nos trae un gran alivio. Yo sigo preocupado por la presión arterial pero mi padre me tranquiliza que seguro es emocional porque todos los días ha estado preocupado pensando en si lo operaran o no.
Mi padre emocionado, muy emocionado me dice:
“Que bien hijo que no me operaran, estaba muy nervioso, tu sabes que una operación siempre trae sus riesgos”.
Comprendo muy bien el nerviosismo de mi padre porque una operación siempre es un riesgo. Ya ves Tin, todo esta bien, muy bien que te hay visto el Dr.Recarte, siempre en bueno tener una opinión y un análisis demás sobretodo de un especialista como el.
El pasaje de regreso al Perú, será en 9 días. Estamos muy emocionados y contentos por la noticia del doctor. Esa sinceridad a veces falta en nuestro país. Mis colegas médicos, en el Perú, a veces por querer sacar unos soles de más les hacen operaciones innecesarias. Sino pongámonos a pensar, por ejemplo, cuantas cesáreas innecesarias han ocurrido en nuestro Perú.
Dejamos de recuerdo al doctor Recarte, un excelente pisco peruano. El doctor, sabe del Pisco y dice que es una bebida muy conocida pero que nunca la ha probado pero este fin de semana le pedirá la chica peruana que acompaña a su madre que les haga un Pisco Sour.
Ya al salir, del consultorio quedo mirando a mi padre y le digo:
“Bueno, Tin, ahora que esta todo bien, ya no te operas. Y ahora faltan nueve días para que regreses al Perú tendremos que hacer una visita!!!”.
Mi padre pregunta: Visita? Y adonde?.
A Egipto, nos vamos a Egipto.
Como así? Pregunta mi padre sorprendido.
Así es, nos vamos a Egipto, ha disfrutar que no te vas a operar. No me digas No que estamos cerca, aquí nomás, cruzando el mar Mediterráneo.
Mi padre se queda mirándome como incrédulo y sorprendido…
Yo le adelanto:
“Ni me vayas a decir NO porque es una orden. Y estas aun joven y fuerte para viajar y disfrutar el mundo”.
Mi padre no me cree. Yo no le doy opción alguna a que lo piense y le digo que tenemos que irnos ahora mismo sin parar a comprar el tour en la agencia de viajes, antes que cierren, tenemos que mas bien apurarnos porque el dia siguiente es jueves feriado y el tour sale solo los viernes de España a Egipto, es decir, pasado mañana…
Le explico a mi padre que si no llegamos a comprar los tours en media ahora ya no podremos viajar. Le digo que hay que caminar a paso ligero hasta el metro y de ahí hacer cambios en el metro hasta la estación Atocha. Le recalco que tomara un poco de cansancio pero a la ves será el ultimo esfuerzo de caminata.
No tenemos un minuto, ni siquiera para que mi padre tome un descanso en alguna banca. Llegamos a Atocha, nos quedan 10 minutos para llegar a la agencia de viajes sino esta cerrara. Es el único día, pasado mañana, de poder partir rumbo a Egipto porque otro día ya no es posible, ya no se coordinaría con el vuelo mi padre de regreso al Perú. Salimos del metro Atocha hacia la agencia de viajes, cruzamos el primer ovalo, mi padre me pide descansar en una banca por unos minutos, le digo que no es posible que estamos ya por llegar a la agencia, le doy animo “Vamos Tin, ustes puede, faltan solo unos metros” Le compro su botella de agua, mi padre le pone el ultimo esfuerzo y caminamos sin parar, finalmente, llegamos casi corriendo a la agencia de viajes, por suerte esta la agencia aun esta abierta.
Le digo a la señorita que hemos venido a comprar un tour a Egipto. La señorita, amablemente, nos dice que ya no es posible comprar ningún tour porque la central ya cerró las ventas del día pero que lleguemos el viernes. Le explico a la señorita, que el viernes ya no es posible, le pido que haga el esfuerzo y que nos venda dos tours, ella se rehúsa argumentando, con razón, que la central esta ya cerrando y que no hay manera de enviarles el dinero, eso se hace con una hora de anticipación, que ya en la central apagaron el sistema y que no es ya posible.
Mientras converso con ella, volteo a ver a mi padre y observo su mirada de emoción que ira a Egipto pero al mismo tiempo se da cuenta que ya no nos quieren vender.
Mi padre me dice:
“Hijo, que pasa? si no pueden vendernos los tours no te preocupes déjalo así nomás”.
Me acerco a mi padre, le doy un beso en la cara, y le digo tranquilo, Tin, que todo saldrá bien…a Egipto nos vamos de todas maneras inclusive nadando…
Nuevamente me dirijo a la señorita que vende los tours y le digo:
“Señorita, mi padre ni yo somos de acá y estamos en Madrid de pasada, hoy es la única oportunidad que tengo para viajar a Egipto con mi padre. El siempre ha querido visitar ese magnifico lugar, véndanos, por favor, ese tour”.
La señorita, con mucha paciencia, me dice que ya no es posible, me explica las razones, que ya la central no venderá nada mas porque ya es tarde y no hay como enviarles el dinero.
Yo insisto a la señorita de buen corazón y le digo:
“Señorita, usted esta en toda la razón, y según lo que me dice ya no es posible que me vendan esos tour, es también valido. Pero a pesar de todo eso, le pido un gran favor, haga solamente una llamada a la central y pregunte si le pueden vender dos tours para Egipto, inténtelo, por solo una vez, por favor. Si le dicen que no se puede, nos retiramos”.
Ella me queda mirando, pero a la vez entiende que no ha gastado esa posibilidad de llamar. Acepta mi pedido de insistencia, se sonríe y llama a la central. Después de unos minutos de conversación que ella tiene con la central, le dan una excepción de pago, y le aceptan la venta de dos tours a Egipto. Ella me mira contenta y me dice “Han aceptado la vendernos pero es una excepción, han confiado en nosotros que el dinero lo recibirán de nosotros después del día feriado”.
Agradezco a la amable señorita, la felicito por su excelente trabajo y su buen trato al cliente, pagamos los tours, recibimos la información detallada y nos vamos a al departamento, mi padre y yo estamos muy contentos porque veremos una de las culturas mas antiguas del mundo. Cumpliéndose uno de mis sueños que mis padres conozcan Egipto, mi madre esta en Perú por motivos de trabajo no puede viajar pero por lo menos mi padre estará en Egipto.
Me digo: “Ahora si me puedo ir tranquilo de Europa”.
En dirección al departamento, mi padre me va diciendo:
“Nos vamos a Egipto, hijo, …nunca pensé ni lo soñé ir allá. Hoy día me levante muy preocupado que talvez me operarían y ahora los planes se han cambiado por completo. Hoy me imaginaba entrando ya a una sala de operaciones, en mi reconvalecencia y hoy por la noche tengo un tour a Egipto”.
Veo en mi padre, alegría, sorpresa, confusión que las cosas son muchas veces diferentes a lo que se planea.
Al día siguiente, mi padre llama a su amigo de promoción del colegio San Juan, al Dr. Marchena, que vive en Madrid, le comunica que no estará toda una semana porque viajara a Egipto. Su amigo se queda sorprendido. Te vas a Egipto Valentín?. Que bueno hermano, aprovecha al máximo tu visita allí. Es un lugar muy interesante. Pensé que te operarias y ahora me das la buena sorpresa que te vas a Egipto, que excelente noticia Valentín, le comenta satisfactoriamente su amigo, ex companero de estudios del colegio San Juan de Trujillo.
Es ya viernes, nos toca ya ir al aeropuerto de Madrid rumbo a Assuan-Sur de Egipto, dormimos en un barco en el rió Nilo, al día siguiente visitamos diferentes templos egipcios, Abu Simbel, el pueblo Nubio, no se perdemos tiempo y por la noche regresamos con el grupo de turistas espanoles al barco donde estamos alojados y durante su trayecto por el Nilo, vamos parando y visitando los diferentes otros lugares históricos de esta cultura que tiene ya 5000 anos de antigüedad. Estoy muy emocionado visitando estos lugares con mi padre, y el me dice:
“Hijo, de verdad, nunca me imagine ver en vivo y en directo esta cultura Egipcia, las esfinges, las pirámides, que la estudie por primera vez cuando era alumno de secundaria. Ahora estoy, a mi edad, aquí viviendo lo estudiado cuando era joven”.
Yo también aprecio y disfruto las interesantes y milenarias construcciones egipcias, toco cada construcción, le tomo fotos a mi padre, de vez en cuando también me toma a mí, a veces salen un poco chuecas pero no importa, da igual, aquí el protagonista en mi padre, el es mi Faraón. Yo lo fastidio y le digo tu eres el Faraón peruano.
El esta contento, camina, sube y baja la escaleras, no se queda atrás va siempre al ritmo del grupo, los integrantes que son todos españoles le dicen “papa”, todos lo cuidan. Cuando a veces se demora en avanzar porque le estoy tomando fotos, o a veces hay que subir varias escalera o caminar muchos, los españoles empiezan a preguntar:
“Donde esta el papa, otros dicen, donde esta Cesar grande” y cuando a veces me demoro en algún lugar le preguntan a mi papa: Donde esta “Cesar pequeño”?. Así, que en el tour, obtuvimos nuevos apelativos:
“Cesar Grande y Cesar Pequeño”.
Cuando el barco se va desplazando por el rió Nilo, yo estoy acostado, mirando al cielo, las estrellas, me levanto súbitamente y miro las aguas del rió Nilo y me vuelvo a acostar. Pienso en Julio Cesar y Cleopatra, y me digo:
“Ellos hace 2000 anos navegaron por este mismo río. Pienso en el gran Julio Cesar, que se hizo victorioso cruzando Rubicon, que tal emperador siempre lo arriesgo todo. El apreciaba mucho a Alejandro Magno, quien fue su ejemplo y guía hasta su muerte.
Se me viene a la mente Cleopatra, aquella mujer rubia, de descendencia macedonica, dicen no era rostro bello pero si de una inteligente inigualable, sabia persuadir y obtener todo lo que se proponía. Hizo inclinar al hombre más poderoso del mundo a sus pies, con el fin de hacer perdurar y fortalecer su imperio y el futuro de su pueblo. Porque en si, es muy fácil que una mujer lleve a un hombre a lecho suyo pero que este se quede para toda la vida e ahí el meollo del asunto y la magia de persuasión, que solo algunas “femmes” poseen.
Paso, de esa manera, los días contemplando a Julio Cesar y Cleopatra, trato de transportarme en el tiempo hacia aquella época, me trato de inmutar y meterme en el mundo ellos pero no se puede, parece que siguen juntos hasta ahora, unidos en espíritu aun mas fuerte que nunca. Percibo que contemplan a todo aquel que los visita, ahora ya inmortales son dueños de todo Egipto, y pasean por los Valles que acompañan el rió Nilo. Julio Cesar no es nada más que una reencarnación de Ramses II, pero nacido en otra época, en otro imperio y estoy seguro que Hadrianus piensa lo mismo que yo.
Cuando pienso en Cleopatra, se me viene a la mente Kristyna, una muchacha de cabello rubio, largo, de sonrisa embrujante y acogedora, sus ojos azulejos mostraban la ternura palpable echa realidad. La conocí, no de manera casual, sino al propósito, propiciando un encuentro pseudos-casual y espontáneo en los pasadizos de la residencia estudiantil “Kolej Hvezda” aquella vez, ano 1999, que vino de visitar a su hermana en Praga. Recuerdo que estaba en el segundo ano de medicina, venia de hacer un examen difícil Bioquímica, al llegar a la residencia estudiantil pude divisar a la distancia una mujer pero que de lejos parecía ser una sirena de cabello rubio, estaba caminando por los pasadizos del edificio estudiantil, ni bien la mire quede impactado de tanta belleza y dulzura junta combinada con una energía que irradiaba llegando a los rincones mas recónditos del edificio. No perdí ni un segundo, ni escatime esfuerzo alguno para ir en busca de su amistad. Esa dulce mujer me hizo besar el cielo, tocar las nubes, las estrellas eran alcanzables, el paraíso era terrenal, todo gracias a su manera de ser, su comprensión y su sonrisa, lo mas simple en la vida que puede brindar todo ser humano.
La llegue a comparar con una Cleopatra de la época moderna y contemporánea. Ella nació en Zlin, donde se fabricaban los zapatos mundialmente conocidos como “Bata” y ahora las mujeres más bellas de Europa.
Cuando aquella vez vino a despedirse de mi a Praga, a pocos días antes de su viaje a Inglaterra, aprovechamos en salir a pasear por el centro de Praga, recorríamos Staromestka, Malostranna, el puente de Carlos, al pasar ella atraía la mirada tanto de hombres como de mujeres, inclusive los checos la miraban, por lo general los hombres checos no acostumbran a mirar a las mujeres, no son como los latinos que miramos casi todo lo que se mueve, así que captar la mirada de un hombre checo ya era un milagro que solo podía ocurrir con Kristyna. No solo la miraban los hombres sino también las mujeres. Así era ella, una mujer dispuesta a obtener a sus solo 20 anos de edad todo lo que quisiese, solo con su sonrisa, dulzura y buen carácter. Sabia que aquella mujer joven, no tenia limites, ni lastima alguna si destrozaba uno, dos o tres corazones al mismo tiempo. Yo estaba muy conciente de su poderío. Quede muchas veces sorprendido cuando robaba miradas de admiración inclusive de mujeres de todas las edades, todas querían conversar y ser amigas de ella. Kristyna, cuando la conocí era una muchacha atea, no creía mas que en ella y en su capacidad de obtener todo lo que desearía. Note que observo con cierta extrañeza cada vez que me persignaba ante la pequeña estatua del Niño Jesús de Praga que siempre conservo hasta hoy pero ella igual respetaba mi fe y yo respetaba el ateismo de ella.
Tuve la oportunidad de conocerla 10 días completos, los segundos nunca fueron tan apreciados para mi como aquellos 10 días santos dias, antes de su viaje a Inglaterra. Yo sabia que mientras mas tiempo la conocía mas difícil seria la despedida, no me equivoque, me costo una ano y medio, 18 meses en olvidarla, mejor dicho no en olvidarla pero si en dejar de pensar en ella diariamente.
Su energía femenina se había apoderado de mí, por eso, es que yo no juzgo a Julio Cesar…De aquella vez, es decir, desde el ano 1999 no la volví a ver más, cuando viajo a Inglaterra todo se acabo y derrumbo, como se derrumba todo un imperio.
En mayo, días antes de mi partida de Republica Checa, averigüé el numero de su casa y hable con su padre, le deje el recado de que dejaría la Republica Checa y que llamaba para despedirme. Inmediatamente recibí un mensaje de teléfono:
“Cesar, mi padre me acaba de informar que te vas del país. Por favor, no te puedes ir así nomás. Tenemos que vernos y despedirnos”.
Al día siguiente llego a Praga, me olvide de hacer mis maletas y conversamos 6 horas seguidas sin parar, no nos habíamos visto por mas de 10 anos pero parece que ambos teníamos mucho que decirnos. Kristyna, ya no era la misma jovencita loca que reía a cada momento, estaba más seria, más delgada, ella siempre amante de los caballos, se notaban que los anos no habían pasado en vano, la veía muy pensativa, un poco triste, no por mi sino por la vida, problemas familiares y de ella misma.
Cuando conversábamos se ponía cada vez mas alegre, como dándome una buena noticia me dice con satisfacción:
“Cesarku (en checo significa Cesarito) te comento que ya no soy atea, soy católica, cree mucho en Dios, voy a misa. Creo mucho en Dios, y en parte te lo agradezco a ti”.
Porque a mi? Si yo nunca te dije que seas católica ni que vayas a misa.
Ella me siguió comentando que hace 11 anos cuando me vio persignarme, como muestra de fe, lo tomo como una broma, lo que yo hacia y que no entendía porque hacia eso, porque yo tenia fe en Dios. Me confeso que, aquella vez, era para ella muy extraño creer en Dios pero que pasados los anos ella se fue acercando a el, en busca de Fe y le ayudo mucho el conocerme a mi, una persona que tenia fe en Dios.
Y que durante todo el tiempo que no nos hemos visto siempre estuvo pensando porque yo tengo fe.
Seguía escuchando a Kristyna y me pregunta:
Cesarku, vas a misa? Porque aquella ves me comentaste que no ibas?.
Así es Kristynko:
“Yo creo en Dios pero no voy a misa, no pertenezco a ninguna religión, la mejore religión para el ser humano es la que lleva uno en su corazón y la predica con el ejemplo. Ademas esos curas, esos obispos, y cardenales son aves de rapiña que se aprovechan de la fe de la gente para hacerla mas sumisa ante el Poder”.
Kristyna, conitnua:
“Cesarku, no basta con tener fe y rezar en casa, es bueno también ir a misa. Prométeme que iras a misa, continua…”.
Eso si, no te prometo.
Seguro encontraras a curas que realmente velen por la gente, pensaras diferente.
Eso lo veremos pero no te lo prometo.
Ella se tranquiliza y espera a que yo algún día vaya a misa regularmente en el Perú.
Kristyna talvez tenga razón pero lo que ella no sabe y difícil comprenderá es que en el Perú hay cuervos de alto vuelo como son Cipriani, Bambaren y padre Arana, que usan solo la sotana para guardar el dinero mal habido y vivir bien a costas de la Fe ciega de los feligreses y del gobierno.
Tuve la imprudencia de preguntar a Kristyna, si su novio no se puso celoso, al venir ella sola viajando tantas horas, solo para vernos un momento:
Ella respondió, con orgullo y decisión:
“Si, le dije la verdad -Voy a ver a Cesar”.
Me despedí con esta noble y madura mujer, con un fuerte y sincero abrazo muy difícil de describir en este escrito…
Sigo navegando por el Nilo, acostado y pensando en las Cleopatras, según los historiadores fueron 7 Cleopatras, pero la más conocida fue la última, quien tuvo una relacion matrimonial con Julio Cesar, llegando a tener un bebe colocandole el nombre Cisaron:
Esta vez pienso en Nina, una muchacha pelirroja de pelo corto, siempre callada, a primera vista parece ser muy creída, por lo contrario, las apariencias enganan y mucho, en verdad es una mujer que refleja al hablar pura bondad, estudiaba abogacía, es de la ciudad de Litvinov, al oeste de la Republica Checa, vivía en la misma residencia estudiantil, éramos vecinos de cuarto, difícil de olvidarme de una mujer tan buena como ella. Recuerdo que en pleno invierno infernal, uno de los mas fuertes vividos en Praga, se apodero de mi de una manera sorpresiva, la famosa angina, postrándome en la cama de un momento a otro.
En Perú nunca me había enfermado, ni siquiera me había dado una simple gripe. Pero aquel invierno de 1999 la angina se apodero de mi, intente en rehusar la enfermedad, acudía a clases, sabiendo que cada vez la garganta de me cerraba, la fiebre cobraba mas grados y yo no podía seguir envalentonándome ante las microorganismos que se aprovechan de uno en épocas de invierno. La fiebre, el escalofrió, así como el dolor muscular por todo mi cuerpo me imposibilito a caminar y por lo tanto a asistir a mis clases, inclusive ya no comía, el in apetito, el desgano, se había apoderado de mi. Ni líquido ni el pasarme mi propia saliva eran soportables ante el dolor que cada minuto era mas aun, no podía mover ningún músculo, solo me daba el lujo de respirar. Estaba yo postrado en la cama, sin abrir los ojos, por el dolor de los parpados pero a Nina, mi vecina y dulce amiga no le importo en absoluto perder su tiempo brindándome los mas mínimos cuidados intensivos, que uno en la soledad europea mas los necesita, sobretodo el estar postrado por una enfermedad típica de invierno, no le intereso ser contagiada por mi, quedándose a mi lado por varios días, fue mi enfermera, mi amiga, mi Diosa, mi Esfinge que cuidaba celosamente de mi. No me desamparo en el momento que yo mas necesitaba de un cuidado. Nunca olvidare que cuido de mi hasta mi total recuperación. De Nina, lamentablemente no se mas, me cambie de residencia estudiantil y dejamos de vernos y comunicarnos, talvez por mi tan ingrata ligera y estudiosa juventud. Nina, si alguna vez lees este artículo no dudes, por favor, en escribirme…
Es el ultimo día que navegamos el Nilo, y descansando sigo pensando y reflexionando en las Cleopatras, que a uno lo hacen noble, dócil, pero también que nos llegan hasta salvar la vida…
Dos días antes de dejar la Republica Checa, voy al centro comercial Carrefour de Andel, en Praga, a querer comprar un proyector que quiero traer al Perú, para utilizarlo en mis clases…
De manera casual veo caminar, en uno de los pasillos en el centro comercial, a una muchacha de pelo rubio, corto, semi ondulado, de estatura mediana, su figura se me hace muy delgado en comparación a la persona que me imagino, pueda ser. Observo de lejos su perfil y pienso que es ella, pero ella no se da cuenta de mi, y camina rápidamente, yo voy por detrás como queriéndola alcanzar pero al mismo tiempo me voy colocando a su costado disimuladamente me acerco un poco mas a ella, y confirmo que es ella, es Anicka, esta mas delgada, mas joven que antes, me encuentro con ella después de 9 anos, justo 3 días antes de mi partida de la Republica Checa. Nos causa una gran emoción, a la vez nostalgia, y melancolía, el vernos, más aun a mí, no solo por ser ella una buena persona sino también por la experiencia que vivimos juntos aquella noche en la tenebrosa ciudad de Vrchlabi…
Era un fin de semana, empezaba ya el invierno, nevaba mucho y quede con Anicka visitar un lugar fuera de Praga, que no sea tan lejos, donde hubiese algún lugar para esquiar o para ver jugar Jockey, así que decidimos ir a esa ciudad, bajamos del autobús solo un par de pasajeros, el resto siguió rumbo a otra ciudad en dirección mas al norte. Cuando bajamos cerca de a la parada del autobús había una pequeña tienda, cuando entramos a preguntar por alguna información sobre donde estaba el centro de la ciudad, nos atendió una señora con muchos kilos de mas, mal humorada, la tienda no estaba muy surtida, parecía tener solo lo esencial, un par de chorizos, cervezas y cigarros, y las famosas chlebicky checas que parecían no eran muy frescas. Muy de mala gana nos atendió la vendedora. Le dije a Anicka, no entiendo como esta gente puede estar todo el tiempo malhumorada, ella me respondió que esa gente es así por culpa del comunismo.
Por culpa del comunismo Anicka!!!, no lo creo, no hay que echarle siempre la culpa al comunismo. Pero en fin dejamos la tienda y nos dirigimos en dirección al centro, en si no había mucho que conocer, ni a nadie a quien preguntar, la ciudad estaba casi desolada no solamente de personas, sino también de autos, uno que otro se aparecía por el centro de la ciudad, cada vez que se aparecían, el conductor y su acompañante se quedaban mirándonos como si fuéramos unos extraterrestres, no era nada de que sorprendernos porque éramos los únicos que caminábamos en esas calles llenas de aire con casas pero sin personas, seguro por el frío infernal que empezaba apoderarse mientras se hacia mas oscuro el día. Aprovechamos en caminar un poco más por el centro de ciudad pero mientras más avanzábamos más solitarios nos sentíamos.
En invierno los días son más cortos que las noches, es decir, el día empieza a obscurecerse temprano a las 4pm. Estamos ya alejados del centro y vimos un restaurante y que de ahí salía unos sonidos musicales. Inmediatamente entramos al restaurante para ver lo que pasaba y de paso comer algo, el lugar era una “Hospoda checa”(se pronuncia Jospoda), una hospoda, no es mas que un restaurante donde acuden en su mayoría gente checa, por lo general hay una decoración adecuada, ni la atención es la mejor, y lo primero que uno aprecia y siente al entrar es el humo del cigarrillo que se impregna en la ropa al segundo, como dándote la gran bienvenida. Ni bien entramos a la hospoda, ocurrió todo lo mencionado anteriormente, el humo de los cigarros nos da la bienvenida, hay un grupo “kapela” del lugar tocando música country, la gente que esta sentada tomando y disfrutando de ella, nos queda mirando fijamente, parece que es la primera vez en su vida que visto a un extranjero entrar en esa hospoda, Anicka una muchacha de pelo rubio ensortijado, me dice que no quiere comer en el lugar, le insisto que hay que aprovechar la música y de paso algo comemos. Los checos, por lo general, salvo escasas excepciones, no saludan, no son amigables, ni reciben bien al extranjero, esa característica era ya en mi costumbre, por lo que no sorprendió. Después de estar ahí unos 20 minutos, bajo la presión de las miradas de la gente decidimos regresarnos a Praga, al retirarnos me dirigí a las mesas que estaban enfrente de nosotros, y les pregunte a la gente del lugar, donde estaba la estación de tren. Unos no sabían, otros no daban razón, solo uno de ellos que estaba sentado solitariamente con cigarro en mano, con una barba rala y de apariencia lánguida de unos 40 anos de edad aproximadamente, nos explico como llegar a la estación de tren: “Váyanse por este lugar después siguen tal, tal camino hasta que llegar a la calle principal, después voltean a la derecha y llegaran a la estación de tren…” fue una explicación concreta, nada amigable del señor fumador. Salimos de la hospoda y mis pulmones resucitaron expandiéndose nuevamente con total libertad al respirar nuevamente el aire puro exento de todo humo. Pero ya se estaba obscureciendo, cada minuto cada vez más y más. Continuamos nuestro trayecto siguiendo la explicación al pie de la letra. Pasaron 15 minutos llegamos a una calle ancha, casi oscura en su totalidad, solo dos postes públicos alumbraban la pista cubierta de nieve. Caminando lentamente ha dicha calle y le comento a Anicka:
“No creo que esta deba ser la calle hacia la estación de tren, no veo a nadie, ningún auto, ningún taxi, los taxistas por lo general están estacionados en las estaciones de bus y trenes, no hay personas. Me parece que hemos hecho un recorrido demasiado largo, esta no debe ser la ruta indicada, tranquilamente hubiésemos tomado un atajo para llegar aquí”.
Anicka, me responde:
“Pero hemos seguido al pie la letra de las explicaciones del señor, además ahí esta la estación de tren”.
Continuo:
“Si Anicka, tienes razón, mira al lado izquierdo están los rieles de los trenes, estamos cerca y esa casa o edificio pequeño debe ser la estación de tren. Avancemos Anicka, talvez la cerraron esa estación y hay una nueva mas allá, no te parece?.”
Al acercarnos cada vez mas a la estación de tren, la única casa de dos pisos que se encontraba a lado izquierdo de dicha calle, nos detuvimos, porque?. Porque detrás o mejor dicho mas allá de aquella casa no habían ni edificio, casa o construcción alguna.
Le digo a Anicka:
“Anicka, espera, no vamos a ir mas allá, no tiene sentido, no veo ninguna construcción, ni edificio alguno, la calle esta totalmente oscura, parece que la calle no continua mas allá y solo hay árboles, mejor vamos de aquí, preguntemos nuevamente”.
Anicka, me interrumpe diciendo:
“Cesar, mira, mira allá, a la derecha, enfrente de la estación hay un señor, esta sentado apoyado en un árbol, preguntémosle a el”.
La alegría y las esperanzas de encontrar la calle volvieron nuevamente en plena solitaria y oscura calle.
Gracias a Anicka, pude divisar a la persona que estaba salía de la vereda contraria a la estación, estaba como sentado al pie de un árbol. Pensé seguro el señor salio de la estación a miccionar o fumarse un cigarro mientras llega su tren.
Le digo a Anicka, alegremente:
“Que bueno Anicka, que te hayas dado cuenta de ese señor, finalmente pudimos encontrar a alguien ‘vivo’ en esta desolada ciudad y triste ciudad. Pero espera tu acá, no te muevas, que mejor voy yo solo a preguntarle si estamos en la estación correcta”.
Mientras doy unos primeros pasos dirigiéndome al señor, este empieza a correr.
Y Anicka grita:
“No Cesar, espera, no vayas mas allá, ese señor, es el mismo que nos ha dado la información de cómo llegar aquí. El es mismo que estaba en la hospoda. Quédate aquí, no te muevas, ven, regresa”.
Al escuchar las palabra de Anicka y mientras se aproximaba mas ese señor, me di cuenta que Anicka tenia toda la razón, era el mismo señor que habíamos encontrado en la hospoda y nos había mandado a la estación de tren.
Me pare, Anicka ya estaba detrás de mí, el señor delgado el mismo de la hospoda estaba ya frente de mí.
Pensé en que el señor había venido a nuestro encuentro para decirnos que se había equivocado en darnos la dirección.
El señor, delgado, de estatura alta, con barba rala, me queda mirando fijamente.
Yo le digo: “Señor, la estación de tren donde usted nos ha mandado no existe”.
El me responde:
“Para que tu has venido acá”.
Ni bien acababa de decirme, porque he venido acá, veo que por el lado derecho de su cabeza a la altura de su oreja se aparece juntamente con el movimiento de su brazo un cuchillo de acero, parece ser de caza, largo de unos 15 cm, ancho de base, terminado en punta haciendo una curva.
El continua, dirigiendo su mano con el cuchillo en dirección a mí:
“Y porque tu estas con ella…”.
Ni bien vi al cuchillo salir, retrocedí raudamente, agarre a Anicka de la mano, solo divise que el cuchillo ya estaba en dirección a mi omoplato derecho. Empecé a correr a correr y a correr, sin parar, solamente corría sin mirar atrás. Todo me parecía un sueno.
Mientras corría con una energía e intensidad nunca antes vista en mi, yo mismo me decía:
“Ese psicópata esta decidido a matarme, solo tengo que correr, correr, correr, solamente correr, me repetía incansablemente porque si ese cuchillo, llega a cometer su objetivo atravesando el lado derecho de mi omoplato, se alojara no solo en el pulmón, sino también rozara la arteria subclavia, la aorta o en el peor de los casos el corazón. La muerte será instantánea. Que yo me muera, no me preocupa tanto, porque igual muerto estaré algún día, pero lo que si me duele es lo que pasaran mi familia, mis padres y hermanos en el Perú, que dolor les causara la manera como han acabado mi vida, en el extranjero. Mis padres estarán desechos, no querrán vivir mas, les causare una gran pena y dolor, se alocaran si reciben a su hijo muerto, será una pesadilla para ellos. Eso no lo permitiré, no se lo merecen, ningún padre del mundo se merece tan dolor…Tengo que seguir luchando”.
Mientras corría, le decía a Dios:
“Que prueba tan difícil me estas poniendo. Yo se que me estas colocando esto porque pruebas mis fuerzas que son las tuyas. Quieres ver si sirvo o no en esta vida, yo lo se. Porque tu me quieres quitar de este mundo si sabes muy paro lo que yo nacido, tu bien sabes porque he venido a Republica Checa otra fuerza mas que la que tu ya sabes no ha hecho venir acá. Tu bien sabes que mi vida como tal, no me interesa pero lo que yo haga tendrá mucho sentido y valor para los que viven en mi país, para la juventud y la niñez”.
Corría, corría, y se venia en mente aquellos niños del Perú, pobres, descalzos, los lustrabotas, los niños vendedores de caramelos, los niños de los andes sentados en una roca, otros parados en medio de una pampa con sus cuadernos bajo el brazo, todos están solos, no están juntos, mirándome pero están tristes, no ríen, observan como corro en dirección a la muerte, ellos no tienen la mínima expresión ni de tristeza ni de alegría en sus rostros solo se ve decepción. Mientras corro observo en sus miradas decepción ante mí, piensan que los estoy abandonando y me estoy entregando a la muerte fácilmente. Siento que ellos con sus miradas me dicen débil, eres malo, te vas allá nos dejas una ilusión y vendrás muerto. Ellos se miran uno al otro no se conversan entre si pero sus miradas lo dicen todo.
Ese mensaje de la niñez y la juventud del Perú se alojo en mi pensamiento, reaccione inmediatamente, pedí a mis glándulas suprarrenales que sigan trabajando liberando adrenalina, la seguia teniendo a Anicka en mi mano, ya yo corría extremadamente mas rápido que ella. Me decía a mi mismo: “Nadie se mete con la niñez y juventud del Perú, con ellos nadie se juega. Si tu Dios, me has puesto esta prueba, se que es tu deber, pero la voy a ganar”
Solo sentía a un Dios que me miraba desde el cielo y a la vez expresaba tranquilamente:
“Corre, busca y te salvaras.”
Seguía corriendo, corriendo…Corre Anicka, por favor, tenemos que llegar a ese cruce de la pista, estamos ya en el centro por ahí pasaran autos. El ya no se atreverá a seguirnos al ver autos o alguien que pasara por allí.
Cuando miro hacia atrás el se acercaba cada vez mas a nosotros.
Anicka me dice: “Vete tu Cesar, yo me quedo aquí a atajarlo”.
Le contesto euforicamente a Anicka: “Estas loca, Anicka, el te va a matar miralo esta airado hasta nomas”
El seguía corriendo con cuchillo en mano y con una furia inagotable.
Anicka, me responde: “Cesar, tienes que correr solo, el te quiere matar a ti, no a mi.
Yo insisto: “No Anicka, corre, no pares”
Anicka, se detiene y me suelta la mano y continua:
“Cesar, el quiere te quiere acuchillar a ti y no a mi. Si corremos juntos, nos acuchillara a los dos porque te defenderé. Tu eres la persona que el busca, no yo. Déjame que yo lo detendré mientras tanto tu sigue corriendo”.
No tengo otra cosa más que correr sin ella. Sabia que tenía razón.
“Anicka, tu solo sígueme con la mirada, no me pierdas de vista”.
El individuo que furiosamente seguía gritando, con cuchillo en mano ya estaba a solo unos cuantos pasos detrás de nosotros. Anicka, se da la vuelta y se coloca en su paso, trata de detenerlo, el trata de evadirlo. Escucho que ella mientras coge al individuo de su ropa, ella le grita: “Porque tratas de matarlo, que te ha hecho!.” .
El de desquita de ella. Anicka, quedo en el suelo arrodillada, en la nieve, , mientras el corría hacia mi, suplicándole incansablemente: “No lo mates, que te ha hecho”
El sigue tratando de alcanzarme pero la nieve juega a mi favor, y se resbala, cayendo al piso, intenta pararse y vuelve a caer. El era delgado alto, yo pequeño pero como en mi niñez y juventud el fútbol fue siempre el deporte que practique, pude con piernas de futbolista sacarle aun más ventaje y provecho a sus dos caídas. Mientras veía esa escena yo emprendí aun mas rápido la carrera, a esos milisegundos le saque el máximo provecho con varios metros hasta llegar al cruce de la calle principal. Para mi el llegar a ese cruce era como tener la mitad de mi vida a salvo, ya segura en la mitad de mi bolsillo. Ya no voltee mas a ver si el me seguía o no porque eso me distraería.
El llegar al cruce de la calle principal, era una gran ventaja porque podía aprovechar mi fuga siguiendo cualquier dirección. Esto daba esperanza a que el individuo continué en otra dirección que no sea la mía.
Llegando al cruce también había más opción que me encuentra con algún auto, eran las 10pm, habría la posibilidad, aunque sea remota, que alguna persona este caminando por la calle.
Llego al cruce, ni un auto ni un alma, nunca en mi vida he sentido tanta soledad. Pensé en ese instante que los dioses estaban en contra de mí. Miro a la derecha miro a la izquierda, sigo corriendo, nada, ni un sonido a motor de algún auto ni moto. Al frente un enorme parque no veo casas. Solo un una esquina hay un edificio, que tiene la propaganda de un banco. Es lo único que reflejaba en mí las luces de la publicidad de un banco. No lo dude, sigo corriendo en dirección del edificio, me acerco a la puerta y veo muchos timbres. Miro hacia atrás, no veo a nadie, y empiezo a tocar todos los timbres, sin excepción, una y otra vez tocaba los 15 timbres que ese edificio tenia. A través de la ventana grande veo el vestíbulo del edificio hay luces, sigo insistiendo sin parar y mirando atrás si el individuo no se acerca.
Quiero coger una piedra para romper la luna que da al vestíbulo a la entrada del edificio, no hay ninguna piedra en mí alrededor. No es la mejor idea romper la luna llamaría la atención con el sonido y el individuo me ubicaría con rapidez. Sigo tocando los timbres, me preparo para enfrentar al individuo que en cualquier momento se puede aparecer.
Escucho que alguien se aparece desde el interior del vestíbulo del edificio. Sale un joven con polo blanco, buzo azul y con sandalias, el cabello despeinado, es un vietnamita. Y me dice con senas:
Que quiere y después me pregunta en checo a quien busco?.
Yo gritándole, y rogándole al mismo tiempo le digo:
“No busco a nadie, solo le pido y ruego que me abra la puerta, por favor, para esconderme. Hay un loco que me quiere matar, me esta persiguiendo”.
El vietnamita se acerca se queda mirándome por unos segundos, y se dirige hacia mi abriéndome la puerta del edificio.
Yo no paraba de respirar y al mismo tiempo de agradecerle infinitamente.
Le explico que hay alguien que me ha querido acuchillear que no conozco a nadie en el edificio pero es el único que he visto y que ha tenido luz en el vestíbulo. El me quiere hacer pasar a su casa. Le digo que no, que afuera esta Anicka, que ella esta afuera aun y mas bien que me de un palo o algo con que defenderme porque tengo que ir a buscarla mientras tanto, le pido al joven vietnamita, que llame a la policía.
El no me cree, no quiere moverse, no sabe que hacer.
Yo le pido que me traiga algún palo o un cuchillo con que defenderme porque tengo que ir en busca de Anicka. El no se mueve, no sabe que hacer, no me cree lo que le digo. Entonces le digo que voy a verla, que debe estar escondida y que más bien se quede en la puerta para que nos abra inmediatamente ni bien la traigo.
El vietnamita estaba confundido, no hacia nada, no me creía. Cuando me dirijo a abrir la puerta Anicka se aparece en la ventana, inmediatamente le abro la puerta. Estaba totalmente exhaustada, nerviosa, nos abrazamos con tal fuerza y sentimiento como si fuéramos un ser que nos unía, una sola historia y un solo destino.
El vietnamita seguía aun confundido, nos invito a pasar a su departamento. Sale su esposa, una señora joven, rubia, de pelo corto, no pregunta nada. Su esposo el vietnamita le dice:
“Que vamos a pasar porque alguien nos esta persiguiendo”.
Pasamos a su departamento, nos invitan algo de tomar, no acepto nada, sigo inmutado pensando en lo que ha pasado. Anicka tampoco quiere tomar nada. Ella cuenta lo sucedido, yo también le cuento en resumido lo que paso. Infinitamente los dos les agradecemos por habernos abierto la puerta del edificio y brindarnos ayuda.
La señora, regresa a la sala de estar después de hacerles dormir a sus dos niños. Su esposo, el vietnamita, le dice que raro, que seguro nos ha parecido que alguien nos quiere acuchillar o perseguir. El le dice a su esposa que no cree eso porque es un lugar muy tranquilo y que nunca ha pasado eso.
Yo le digo que lo que nos acaba de pasar si es cierto y que no hay motivo porque engañarle. Nosotros solo queríamos regresar a Praga, nada más. Y se nos cruzo ese individuo en el camino. Anicka recalca que a quien querían acuchillar era a mí.
Le pido al vietnamita que por favor llame a la policía, el se niega, no voy a molestarlos comenta. Si deseen quédense aquí hasta mañana.
Mientras le sigo pidiendo, por favor, a que llame a la policía, suena la puerta y la ventana del vestíbulo del edificio.
Todos nos quedamos mirando. El vietnamita, entra a uno de sus cuartos y saca un palo, yo me levanto del mueble para salir con el al vestíbulo pero me dice que me quede que no salga. Les digo que no creo que sea el individuo pero de todas maneras le doy las características fisiognómicas de el.
Todos nos quedamos en la sala. Escuchamos unas voces. Regresa el vietnamita y le dice a su esposa que llame a la policía inmediatamente.
Le preguntamos que es lo que pasado.
El vietnamita, con el rostro mas serio responde:
“Es el esta con un cuchillo en la mano y esta gritando, pidiendo a que salgas”.
Llamaron a la policía inmediatamente, esta llego a los 20 minutos. La policía nos comenzó a llenar de preguntas. Le dije resumidamente lo ocurrida. Les dije que había testigos. El vietnamita, les confirmo lo ocurrido, que el también vio a ese individuo en su propia ventana del vestíbulo del edificio con un cuchillo. La policía checa no atino ni siquiera a salir con una linterna hacia la esquina de la cuadra, de la calle. Yo les dije: “Señores policías porque por lo menos no van a patrullar ahora mismo alrededor de la cuadra por lo menos, pueda ser que ese individuo este por allí escondido”.
Ni siquiera les dio importancia a lo que les dije, para ellos, yo no existía, atinando solo a decirnos que subamos al patrullero para dirigirnos a la comisaría para hacer nuestro atestado policial.
Nos despedimos y agradecimos mucho al señor vietnamita y a su esposa por habernos abiertos la puerta salvándonos la vida, fue una gran excepción, el destino o el tiempo de la competencia de los Dioses ya estaba vencido porque es muy raro que en Europa una familia abra la puerta a un desconocido como lo éramos nosotros, sobretodo yo, un latino con pelo negro, un poco largo ensortijado. La pareja de esposos tampoco salía de su asombro ante lo ocurrido.
Los policías checos actuaban de la mayor frescura, sin alarmarse, con mucha frialdad y sobretodo sin importarles absolutamente nada. Cuando nos dirigíamos a la estación policial yo les decía: “Señores policías porque no nos damos una vuelta por aquí por el centro donde aconteció esto, porque no nos vamos al restaurante – hospoda donde estaba el tipo ese, el estaba solo pero la gente ahí presente lo deben conocer. El estaba con buzo así que el debe vivir cerca”.
Los policías checos, ni si, ni no, con ellos no era el asunto. Llegamos a la comisaría que estaba a 5 minutos de la casa del vietnamita. Nos hicieron pasar y sentar en una banca. Ellos pasaron a sus oficinas y nos dejaron ahí por una media hora. Cuando ellos nos dejaron en las bancas, nosotros con frió y la comisaría estaba con las puertas abierta con vista al parque a la calle. Yo le dije al policía, como usted nos va a dejar aquí con las puertas abiertas, por lo menos cierre eche llave a la comisaría, porque ese individuo puede llegar en cualquier momento. Ustedes no han rastreado el lugar, el puede ser que haya estado escondido y ha visto que hemos venido en el patrullero el talvez puede ser que venga hasta acá porque el es un loco un psicópata. El policía sin la mínima enmienda respondió: “Disculpe pero aquí a la comisaría puede entrar cualquiera así que son reglas que tenemos que cumplirlas, si guste se queda sino váyanse”.
No lo podíamos creer, Anicka renegaba de los policías checos y yo los maldecía.
Pasada la media hora empezó el atestado policial. Nos hicieron relatar en cuartos separados lo ocurrido. Nos trataron como si nosotros fuéramos los agresores. Una dos, tres cuatro veces nos preguntaban lo mismo, una burocracia increíble, parecía que ellos me iban a meter en la cárcel y que algo malo había cometido.
Después de tenernos una hora y media dándole vueltas a una testificación. A la una y media de la mañana nos dicen los señores policías:
“Bueno, ya tenemos la testificación de sus denuncias ahora se pueden retirar”.
Que dice señor, policía? Que ahora nos podemos retirar?:
“ Y adonde no vamos a ir, en esta ciudad que parece pueblo el mas olvidado, donde ningún hotel funciona, todo esta copado adonde nos iremos, los trenes, ni los autobuses funcionan ahora. Nosotros vivimos en Praga, adonde usted cree que tendremos que ir, ni siquiera usted han revisado la zona si ese individuo no esta talvez por ahí escondido. Por lo menos déjenos aquí en la estación policial hasta que sea de madrugada para regresarnos en el primer autobús a Praga”.
El policía responde muy relajadamente:
“Bueno la ley estipula que ustedes ni nadie se puede quedar aquí en las instalaciones, ni alrededor de estas. Y por lo tanto tienen que retirarse”.
Y que es de la denuncia?.
El policía responde: “Bueno, según las características que nos ha dado, preguntaremos por el y será también notificado. Así que ustedes tendrán que ser nuevamente citados y tienen que venir a nuevamente acá”.
Que cosa señor!!! Tendremos que venir nuevamente a este lugar?.
Así es…responde tranquilamente el policía.
Señor policía, tenemos testigos uno de ellos es el vietnamita y su esposa que los llamaron por teléfono. Entonces díganos: Que pena obtendrá ese individuo que nos quiso matar cuchillo en mano, en caso se le compruebe lo denunciado?.
El policía responde:
“Bueno en si no se podrá hacer nada porque no lo ha acuchillado así que sinceramente no ocurrirá nada con el”.
Es decir que hemos venido aquí por las puras y mas aun ustedes no nos dejan a que nos quedemos aquí hasta la madrugada, que serán en 5 horas.
Así es, no los dejaremos aquí, así que hagan el favor de retirarse.
Señor policía déme nuestros atestados para leerlos nuevamente. El no los entrega.
Recibo los papeles y los rompo. Más seguros estamos así que con ustedes señores, no vaya a ser que el individuo ese se averigüe nuestras direcciones en Praga, aquí con ustedes, y nos salga visitando para que culmine su objetivo.
Dígame ahora señor policía, que delito tengo que cometer ahora para que nos quedemos encerrados aquí, por lo menos encerrados estaremos mas seguros que afuera.
Los policías no respondieron y solo nos invitaron a salir.
Nosotros nos resistimos a salir, pese a las suplicas de Anicka. Les pedí y suplique a la policía que en el mejor de los casos que yo si saldría pero que dejen a Anicka en la comisaría, que estaba allí mas segura.
Mientras tanto llame a algunos amigos latinoamericanos, lamentablemente en ese entonces no muchos tenían celulares. Era difícil conectarme con ellos. Llame a Pedrito, un amigo peruano, pero tampoco respondía su celular.
Al retirarnos de la comisaría, alguien me llama al celular, es Pedrito, me dice que no me ha podido contestar que la música del lugar donde estaba impidió escuchar el sonido de la llamada. Le cuento rápidamente lo ocurrido. Me dice que puedo hacer? Estoy ahora con unas copas de mas y no puedo manejar e ir a verte hasta allá. Le pido que me preste dinero para pagar el taxi que nos lleve hasta Praga.
No hay problema Cesar, estoy aquí, no te preocupes, vente lo mas pronto para conversar mas de lo ocurrido, estoy en el bar latino “La Comedy” cerca de Staromestka.
Llamamos a un taxi y mientras más nos alejábamos de Vrchlabi, más felices éramos, respirábamos con más profundidad, tranquilidad y libertad. Al mismo tiempo me decía yo mirando por última vez las calles desoladas de aquella la ciudad:
“Todo tiene su porque en esta vida, se que en vano no me ha ocurrido esto, hay una señal que ha marcado un hito especial para mi, seguimos en pie de lucha ahora mas que nunca”.
Muchas gracias, por ser “Las Cleopatras del Cesar ”.
Hasta pronto!
Cesar Fernández
10.06.2010